También se ha dado lectura a un manifiesto y se ha guardado un minuto de silencio
La Plaza del Padre Joaquín de Miguel Esteban cuenta desde hoy con un monolito en memoria de todas las mujeres asesinadas “como símbolo de una violencia injustificable en nuestra sociedad, recuerdo de todo lo que nos queda por hacer y evidencia del infierno de muchas mujeres que todavía hoy libran una batalla no sólo contra su asesino o agresor, sino contra las costumbres, estereotipos, actitud o comentarios”.