El alcalde resalta la importante función social de este recurso que permite que los niños estén bien atendidos mientras sus padres trabajan en la recolección de la uva
Un total de 33 niños, de edades comprendidas entre 1 y 10 años, asisten este año a la Guardería de Vendimia, puesta en marcha por el Ayuntamiento de Miguel Esteban, a través de la concejalía de Servicios Sociales. Ayudar a las familias a conciliar vida laboral y familiar mientras participan en la recolección de la uva, es el objetivo de este recurso que ya ha cumplido una década.
El alcalde de Miguel Esteban, Pedro Casas, acompañado por la concejal de Servicios Sociales, Rosario Fernández, visitaron este recurso para conocer de primera mano el trabajo que están desarrollando las siete monitoras contratadas.
Casas resaltaba que este servicio es “muy necesario y muy útil” ya que permite que los niños estén bien atendidos mientras sus padres trabajan en la recolección de la uva y señalaba que “es un recurso que, a pesar de las dificultades de los últimos años, se ha seguido manteniendo por el Ayuntamiento porque es muy demandado y porque hace una función social muy importante”.
El alcalde recordó que la viticultura tiene un peso muy importante en la economía local y recalcó que este año se prevé una cosecha superior a la del año pasado en un 25-30%. En este sentido, aseguró que las previsiones apuntan que en Miguel Esteban se recogerán unos 70 millones de kilos de uva, “una cantidad muy importante para un pueblo de 5.000 habitantes” y afirmaba que “en estos momentos, la agricultura es la principal fuente de ingresos para las familias migueletas, ya que el campo está muy repartido”.
La Guardería de Vendimia estará abierta de siete de la mañana a siete de la tarde, de lunes a domingo, hasta que finalice la campaña de vendimia, ya que, como apuntaba el alcalde “la guardería se tiene que adaptar a las necesidades que tiene la población”.
Los niños llegan a las siete de la mañana y desayunan. Tras ello, los niños escolarizados, son acompañados a la Escuela Infantil o al colegio para que asistan a clase de forma normalizada. A la salida, son recogidos y llevados de nuevo a la Guardería de Vendimia. Allí, comen, hacen los deberes, juegan y meriendan. Por su parte, los niños no escolarizados, reciben todos los cuidados necesarios hasta el regreso de sus padres.
Este año, además, se ha ampliado el espacio incorporando un aula más para los bebés, con el objetivo de que “estén más tranquilos”.