Mejorar el estado del cuerpo y de la mente de las personas de mayores, además de fomentar las relaciones sociales, son los principales objetivos
La Concejalía de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Miguel Esteban ha puesto en marcha un año más los talleres de estimulación física y cognitiva, unas actividades encuadradas dentro del Programa de Prevención de la Dependencia y Promoción de la Autonomía Personal dirigido a personas mayores.
En total, unas 70 personas asisten a estos talleres que tienen como objetivo fundamental “alargar la autonomía de las personas mayores previniendo posibles procesos de dependencia, mejorando el estado del cuerpo y de la mente, pero también fomentando las relaciones sociales y evitando la soledad”.
Así lo indicaba la concejal de Servicios Sociales, América Moreno, quien apuntaba que “la soledad es el peor mal que sufren las personas mayores, por lo que es importante motivarlos y ofrecerles actividades que les animen a salir de casa, a relacionarse con otras personas y a disfrutar, y si además, contribuimos a mejorar su estado físico y mental, mucho mejor”.
En el taller de estimulación física participan unas 50 personas distribuidas en grupos según edad. Entre los participantes, se encuentran personas de edades comprendidas entre los 65 y los 90 años, pero también algunas personas menores de 65 años que han sufrido algún problema de salud y han sido derivadas a este servicio.
La monitora del taller, Socorro Patiño, explicaba que este año se está trabajando mucho el equilibrio y se han intensificado y perfeccionado los ejercicios para evitar caer en la monotonía. No obstante, con las personas que sufren un estado más deteriorado, se incide fundamentalmente en aumentar la movilidad y trabajar la musculatura. En este caso, los ejercicios se realizan sentados en sillas puesto que tienen poca estabilidad.
Asimismo, Patiño recalcaba que también se estimula la memoria ya que se repiten series de ejercicios incorporando cada vez alguno nuevo o relacionando cada parte del cuerpo con un color.
Por su parte, en el taller de estimulación cognitiva participan más de 20 personas mayores de 65 años, distribuidas en tres grupos con diferente nivel de deterioro cognitivo. En este taller, se trabajan áreas como el lenguaje, la memoria, las funciones ejecutivas o la atención, “que son las que más se deterioran con los años”, como explicaba la monitora Ana Belén Barajón.
A través de actividades muy lúdicas y participativas, como ejercicios de rimas a base de dibujos, emparejamiento de objetos similares, resolver laberintos o colorear, se mejora la atención y la concentración.
Las personas que asisten a este taller no tienen dependencias ni estados de grave deterioro cognitivo, “porque para eso existen otros servicios diferentes”, apuntaba la monitora. En este caso, se trata de personas que han empezado a notar despistes, que están pasando por un proceso de evaluación, que están en fase inicial de enfermedades como alzheimer o parkinson, o que han sufrido algún ictus, es decir, problemas asociados a la edad que causan un deterioro de las habilidades cognitivas.