Como marca la tradición, miles de personas acudieron este fin de semana a
la Pradera de San Isidro para celebrar la festividad del patrón de los
agricultores. Desde la noche anterior o desde primeras horas de la
mañana, los romeros disfrutaron de una jornada en pleno contacto con la
naturaleza.
Como marca la tradición, miles de personas acudieron este fin de semana a la Pradera de San Isidro para celebrar la festividad del patrón de los agricultores. Desde la noche anterior o desde primeras horas de la mañana, los romeros disfrutaron de una jornada en pleno contacto con la naturaleza.
Los actos organizados por la Hermandad de San Isidro comenzaban con el habitual pregón al que asistieron cientos de personas que abarrotaron el Auditorio Municipal.
En el acto, el alcalde miguelete, Pedro Casas, destacó que “en Miguel Esteban nos caracterizamos por las tradiciones y por el seguimiento que hacemos de nuestras fiestas” y apuntó que la festividad de San Isidro “es una fiesta ancestral porque en Miguel Esteban agricultores somos casi todos”. Casas, que recordó que “corren tiempos difíciles y también para los agricultores”, señaló que “hace un año, muchos celebraron la reforma de la OCM del Vino pero esta reforma ha tenido como consecuencia el recorte de las subvenciones y es un lastre para el campo”.
El alcalde también se refirió a todas las mejoras que se han llevado a cabo en la pradera de San Isidro y en el entorno de Los Charcones “que presentan un aspecto envidiable” y pidió a todos los migueletes que realicen una labor pedagógica con los jóvenes “porque adecentar este paraje nos ha costado mucho esfuerzo y dinero, y conservarlo es una tarea que nos corresponde a todos”.
Por su parte, el pregonero de la fiesta, el ingeniero agrícola Francisco Ramos Rescalvo, destacó la relevancia que el campo y los agricultores tienen para Miguel Esteban pues un sector que ha contribuido a la grandeza y desarrollo del pueblo. En su pregón, el también jefe de la Oficina Comarcal Agraria de Quintanar de la Orden, señaló que “nunca debemos olvidar nuestras raíces” y apuntó que “el sector agrario es el único en el que apenas se habla de crisis porque es un sector que nunca ha salido de ella”. En este sentido, el pregonero recordó que mientras la uva tiene precios de hace quince o veinte años, los costes de producción no dejan de subir “por ello, la gente que vive de la agricultura lleva años ajustándose el cinturón, evitando el derroche”.
Ramos Rescalvo, que se describió a sí mismo como miembro de una familia tradicional agrícola de Miguel Esteban, aludió a los valores y principios que han sabido transmitir los agricultores y sobre todo las mujeres de los agricultores. El pregonero concluyó deseando a todos los migueletes que “sigamos siendo como siempre hemos sido, que tengamos nostalgia de los recuerdos del pasado pero siempre mirando con optimismo y entusiasmo al futuro” a la vez que añadía que les animó a no perder la vocación emprendedora “para seguir haciendo de este pueblo un pueblo abierto, generoso y, sobre todo, un pueblo alegre”.
Tras el pregón, los Mayordomos y los 18 Abanderados subieron al escenario para presentarse a todo el público asistente con la lectura de unas simpáticas coplillas en las que las nueve parejas de jóvenes abanderados explicaron, con grandes dosis de humor, cómo se les ocurrió la idea de pujar por la bandera.
La nota musical llegó con la actuación de la migueleta Ángela Patiño, quien acompañada por el guitarrista Juan Manuel Mayoral, interpretó un tema de La Oreja de Van Gogh y otro del grupo Fito y los Fitipaldis.
La Asociación Cultural ‘Los Charcones’ de Miguel Esteban con sus típicas danzas puso el broche final a este acto en el que también se entregaron diversas placas, medallas y ramos de flores por parte de la Junta Directiva de la Hermandad de San Isidro tanto al pregonero, como a los Mayordomos, a los Abanderados y a algunos miembros de la Hermandad, entre otros.