Cientos de personas participaron de esta tradición migueleta formando parte del ‘corro’
Cientos de personas han presenciado la tradicional Jota Pujada de Miguel Esteban, un evento que forma parte del rico patrimonio cultural del municipio y que convierte al Carnaval miguelete en único en el mundo. Esta tradición, con varios siglos de antigüedad, se ha convertido en uno de los principales atractivos de la localidad, de ahí que el Ayuntamiento haya iniciado los trámites para solicitar que sea declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.
Como cada año, en los arcos de la entrada del Parque Municipal ‘Nuestra Señora del Socorro’, a los pies de la estatua de la Vendimiadora y bajo un sol radiante, personas de todas las edades se congregaron formando el típico ‘corro’. Numerosas parejas pujaron para tener el honor de bailar en el interior del corro llegando incluso a pagar 30.000 de las antiguas pesetas “porque aquí para las pujas seguimos hablando en pesetas” tal y como explicaba el director de las pujas, quien con su garrota marcaba el momento en que una pareja debía ceder el puesto a otra que había pujado por ello.
Con anterioridad, la Banda de Música recogía a los Capitanes del Carnaval, un cargo que este año ha recaído en una decena de jóvenes migueletes: América Moreno, Ana Isabel Torres, Gema Mayoral, Gema Nuria Lara, Irene Almoguera, María Jesús Casas, María José Ochoa, Sofía Medina, Gabriel Lara y Luis Martínez. Todos ellos, excepto dos que se han visto afectados en el último momento por un problema de índole personal, han protagonizado el tradicional desfile desde la Iglesia Parroquial hasta los Arcos del Parque. Ataviadas con peineta y mantilla las capitanas, y con traje y sombrero el capitán, los jóvenes han estado acompañados por la Banda Municipal de Música, por las autoridades locales, encabezadas por el alcalde Pedro Casas, y por numerosos vecinos que quisieron sumarse a esta fiesta.
Tres representantes de los capitanes fueron los encargados de abrir la Jota Pujada con el tradicional tremolar de banderas al ritmo de la música. Tras ello, el capitán y las capitanas bailaron la jota pujada inaugurando así el corro y dando el relevo a las parejas que iban pujando por bailar, una importante tradición que tiene un gran significado para los migueletes quienes durante todo el año esperan la llegada de este momento que “no entiende de crisis” porque, tal y como explicaban algunos de los participantes, “es dinero que nos quitamos de las vacaciones”.
La Jota Pujada se repite en cuatro ocasiones durante todo el fin de semana, una de las cuales, se realiza en honor de los niños y son los más pequeños quienes bailan en el corro y quienes realizan el tremolar de la bandera. En esta ocasión, los niños tendrán su oportunidad mañana lunes tras el desfile infantil, que iba a celebrarse el viernes pero que tuvo que aplazarse debido al mal tiempo.