La Pradera de San Isidro se convirtió en el nuevo escenario de las tradicionales calderetas que se celebran dentro de la Feria y Fiestas de Miguel Esteban. Unas 90 cuadradillas participaron en este tradicional acto que congregó a cientos de personas en torno a este plato típico de la gastronomía manchega.
Desde primeras horas de la mañana, las cuadrillas se instalaron en la pradera para cumplir con la tradición y elaborar las sabrosas calderetas de la forma más tradicional, es decir, en los típicos ‘peroles’ y con el fuego de la lumbre. Como es habitual, el Ayuntamiento repartió más de 900 kilos de carne entre todos los participantes a quienes también obsequió con pan y vino.
Niños, jóvenes, adultos y personas mayores disfrutaron de una jornada que se prolongó hasta las ocho de la tarde y que también contó con la actuación de la Charanga ‘Idos de tono’ y con el baile del vermú amenizado por la Orquesta Mont Blanc.
BALANCE POSITIVO
El alcalde de Miguel Esteban, Pedro Casas, que formó parte de una de las cuadrillas, destacó la buena acogida que ha tenido el nuevo emplazamiento de esta actividad y señaló que “se ha demostrado que la Pradera de San Isidro es un lugar ideal y un complemento para llevar a cabo actividades de este tipo”.
Casas también se refería al resto de actividades que conformaban el programa de la Feria y Fiestas y aseguraba que “los objetivos se han cumplido porque han sido unas fiestas muy participativas, la gente ha acudido en masa a todos los actos, el público ha disfrutado con las actividades programadas y los artistas locales han dado muestras de su gran talento y tirón” y recordaba que la migueleta Ana María Puente logró congregar a 2.000 personas en el concierto ofrecido.
También importante fue el acto de la Elección de la Reina de la Mancha que reunió a 3.500 personas y a 33 reinas de las Fiestas y alcaldes de otros tantos municipios de toda la región. Pedro Casas destacaba que “la actuación realizada en el Parque Municipal y en la calle Real han añadido aún más encanto a este acto, el aspecto de todo el entorno era impresionante y pudieron colocarse más sillas para que el público disfrutara de este evento de una forma más cómoda”.
Los festejos taurinos también acapararon una gran atención por parte del público. La novillada resultó todo un éxito ya que los toreros llegaron a cortar nueve orejas y un rabo, mientras que la becerrada con cuadrillas del pueblo consiguió llenar la Plaza de Toros.
Los bailes del vermú, la degustación de platos típicos, las orquestas o el concierto de Ella Baila Sola fueron otras actividades que engancharon a cientos de personas.
Pedro Casas concluía afirmando que “con imaginación y con la colaboración de todos, hemos conseguido tener unas Fiestas del altura a pesar de los recortes presupuestarios”.