A través del programa PRIS que subvenciona la Junta de Comunidades
Un total de 17 personas, de diferentes edades y nacionalidades, se benefician del Programa Regional de Integración Social (PRIS) puesto en marcha en Miguel Esteban. El objetivo de este programa, que está subvencionado íntegramente por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, es favorecer la integración social y laboral de personas o familias en situación de vulnerabilidad.
Durante tres meses, cuatro horas al día, las personas beneficiarias se formarán en Atención Sociosanitaria a personas en situación de dependencia, o bien en Micro-Macro Agricultura y rehabilitación y mantenimiento de zonas verdes. Además, realizarán prácticas en el servicio de Ayuda a domicilio y en centros residenciales y ocupacionales de la comarca, o en las zonas verdes y parajes del municipio.
El alcalde miguelete, Pedro Casas, explicaba que “este programa es muy importante porque dota de formación y práctica a las personas beneficiarias con el fin de aumentar sus posibilidades de incorporación al mercado laboral, al tiempo que perciben una beca-estímulo”.
Casas también apuntaba que “aunque directamente, son 17 las personas y familias que se benefician del PRIS, todo el pueblo sale beneficiado de forma indirecta ya que las prácticas las llevan a cabo en lugares y espacios públicos, mejorando nuestros parques o ayudando a personas dependientes”.
El alcalde incidía en el novedoso taller de micro-macro agricultura, “una iniciativa con la que pretendemos que los jóvenes aprendan a cultivar la tierra, ya que el campo puede constituir una salida profesional para mucha gente en tiempos de crisis”.
Junto a la formación teórico-práctica específica de cada taller, los beneficiarios del PRIS también reciben módulos de formación y mediación laboral, habilidades sociales y prevención de riesgos laborales. Asimismo, se diseñan itinerarios de inserción para cada uno de los participantes, en base a su perfil personal, social, laboral y económico.
Además de los usuarios, el PRIS cuenta con una coordinadora, una tutora laboral y un monitor de agricultura, aunque también se trabaja en coordinación con otros técnicos del Ayuntamiento y con recursos como el Centro de la Mujer, el SEPECAM, el Instituto o el colegio.
El programa, que tiene una duración de tres meses, concluirá el próximo mes de diciembre.