70 personas compitieron durante la mañana del sábado en el Paraje de San Isidro
El Ayuntamiento de Miguel Esteban celebró en la mañana del sábado la décima edición de su concurso de poda en vaso. La competición, que celebró una fecha redonda, comenzó haciendo honor a la faena tradicional y todos los participantes compartieron un desayuno de gachas. “Esto nos retrotrae a la hermandad que existía, y que sigue existiendo, en las explotaciones agrarias cuando todos los jornaleros compartían platos, que se han convertido en tradicionales, antes de iniciar la jornada”, asegura Marcelino Casas, alcalde de Miguel Esteban.
Tras coger fuerzas para el trabajo agrario, el concejal de Agricultura de Miguel Esteban, José Manuel Flores, sorteó los hilos que deberían podar las 70 personas inscritas en el concurso. “La viña que podamos tiene 70 hilos, por lo que hemos vuelto a completar un año más todas las inscripciones. Para nosotros es muy gratificante ver como esta competencia va cada año a más y seguimos ocupando todas las plazas”, compartió el edil miguelete.
Marcelino Casas destacó el alma tradicional del concurso asegurando que “nuestra misión es mantener nuestra esencia y cultura vinícola. Por eso se organiza este concurso, para promocionar la vida campestre de nuestros antepasados y mantener vivo el legado que nos han dejado”. El regidor hizo hincapié en que los participantes del concurso sólo pueden valerse de herramientas tradicionales para la poda, está prohibido utilizar herramientas eléctricas. “Es nuestra manera de mantener la esencia de la poda y que los podadores puedan demostrar su pericia”, sentenció el alcalde. Además, se mostró muy satisfecho de que el concurso se esté convirtiendo en una cita para agricultores de la comarca y que, cada año, acudan participantes de las provincias de Toledo, Ciudad Real, Cuenca y Albacete.
Los 70 participantes, divididos en diversas categorías, tuvieron 25 minutos para realizar la poda de 25 cepas haciendo uso de sus herramientas. Después de la poda a contrarreloj llegó el turno de que los jueces revisasen cada uno de los hilos y pusiesen su puntación. Para poner las notas, los jueces tuvieron en cuenta diferentes factores como el equilibrado de la cepa, el apurado del corte o la carga de yemas. “Aunque la competición tiene un tiempo determinado, aquí no gana el que más rápido termina, sino el que dentro de ese tiempo hace una mejor labor”, dice el concejal de Agricultura.
Tras la deliberación del jurado, resultó ganador masculino Víctor Manuel Ramos Tapetado; en segunda posición terminó Ricardo de la Osa; y David Hotolano completó el pódium. El miguelete mejor clasificado fue Víctor Miguel Carreras, que acabó la competición en octava posición. En la categoría femenina el triunfo fue para Sacramento a la que siguieron Daniela, en segunda posición, y María del Carmen en tercera.